Había una vez un pez que vivía en el
mundo del revés
Tenía la cola en la cabeza y la cabeza
en los pies
un ojo en la panza y el otro en la
espalda
Respiraba en el aire y se ahogaba en el
agua
Nadaba para atrás y no veía nada en
el agua transparente
Los chistes lo ponían triste
y los cuentos serios le sacaban una
carcajada
Su familia creía que él estaba cuerdo
y él sentía que todos estaban chiflados
Tenía un amigo que era un pelícano
que no comía peces
Cada vez que venía a visitarlo le
traía un regalo
Un día le trajo un collar de perlas y
él pez se lo ató a la cola
Otro día le trajo un anillo de oro y
éste se lo colgó en la oreja
Otra vez apareció con un tul enorme
que en realidad era una red de pesca
Se lo había robado a unos pescadores
que estaban sentados en el muelle contando cuentos disparatados.
Uno contaba que había pescado un pez
que era mas grande que su canoa, el otro decía que el ojo de su pez
era gigante, y superaba la cabeza del suyo.
Mientras discutían, tomaban mate y así
fue que el pelícano aprovechando que estaban distraídos sacó la
red y se la trajo a su amigo.
El pecesito se sintió tan emocionado
por ese enorme regalo que lloró amargamente
Y fue feliz por siempre.
Y colorín colorado
éste cuento inventado
del apuro me ha sacado
Haleh