jueves, 12 de junio de 2014

ECLARACIÓN UNIVERSAL DE LOS DERECHOS DEL NIÑO

A ESCUCHAR CUENTOS

TODO NIÑO, sin distinción de raza, idioma o religión tiene derecho a escuchar los más hermosos cuentos de la tradición oral de los pueblos, especialmente aquellos que estimulen su imaginación y su capacidad crítica.

TODO NIÑO goza a plenitud del derecho a conocer las fábulas, mitos y leyendas de la tradición oral de su país. En el caso de los niños americanos éstos tienen perfecto derecho a interesarse en nuestros relatos indígenas y cuentos costumbristas, así como en toda aquella literatura oral creada por el pueblo.

TODO NIÑO tiene pleno derecho a exigir que sus padres le cuenten cuentos a cualquier hora del día, de no hacerlo corren el riesgo de que sus hijos jamás vuelvan a pedirle otro cuento.

EL NIÑO tiene derecho a inventar y contar sus propios cuentos así como modificar los ya existentes creando su propia versión. En aquellos casos de niños muy influenciados por la televisión, sus padres están en la obligación de descontaminarlos conduciéndolos por los caminos de la imaginación de la mano de un buen libro de cuentos infantiles.

EL NIÑO tiene derecho a exigir cuentos nuevos. Los adultos están en obligación de nutrirse permanentemente de nuevos e imaginativos relatos, propios o no, con o sin leyes, largos o cortos: lo único obligatorio es que sean hermosos e interesantes.

TODO NIÑO tiene derecho a crecer acompañado del colorín colorado de los cuentos y del inmortal “Había una vez…”, palabra mágica que abre las puertas de la imaginación en la ruta hacia los sueños más hermosos de la niñez.



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